La Empresa Abierta

by | 4 Nov, 2015 | Innovation, Work methodologies, Trends

Empresa abierta… La primera vez que oí esas dos palabras juntas fue en la jornada de puertas abiertas que hizo Valeo, la empresa donde trabajaba mi padre. Aquel día todo fue paz y amor entre empresa y trabajadores… Después se enfadaron y Valeo cerró sus puertas para siempre… Guardo un bonito recuerdo de aquel Family Day… Por cierto, creo que Seat lo ha recuperado recientemente… Bravo por SEAT!

La Empresa Abierta

Foto: aeromax blog

En aquellas fechas, eso era lo máximo a lo que aspiraba una empresa a la hora de abrirse al exterior, pero ahora le pedimos más porque, con la digitalización, ahora las empresas pueden y deben compartir, pueden y deben colaborar con empleados, clientes, proveedores, la competencia, el talento externo… En definitiva, con personas con quien, a pesar de ser stakeholders de su ecosistema, ha reinado siempre la política de “tú en tu casa y yo en la mía.

¿Se imaginan compartiendo sus cosas con gente a quien no conocen? Difícil, ¿verdad? Sin embargo, a menudo formamos parte del mismo ecosistema de muchas de esas personas. Pues eso es una pequeña muestra de lo que les estamos pidiendo a nuestras empresas. Además, les amenazamos y les decimos que, si no se abren al exterior, ¡pagarán muy cara la factura!

Vivimos en una sociedad donde contamos que nos estamos comiendo un Donut de mil maneres distintas y en mil sitios virtuales diferentes –Facebook, Instagram, Twitter…–. Una sociedad en la que hay extraños que nos abren las puertas de su casa para que podamos gozar de su más exquisita gastronomía, a través de plataformas online como Eat With; donde un grupo de mujeres triunfan en Youtube gracias a sus vídeos de Uboxing con más de 2.600.000 reproducciones.

En una sociedad como esta, las empresas no pueden ir contra corriente. Así que algunas ya han empezado a dar sus primeros pasos y tenemos los primeros ejemplos:

  • Google, que permite que sus empleados dediquen un quinto de su tiempo laboral a los proyectos que ellos quieran.
  • Mozilla, que permite que un centenar de sus empleados coopere con miles de colaboradores externos que creen en el software libre.
  • Steelcase o Amway, que comparten edificio con otras empresas que no son competencia, en el Grid70 de Michigan. En él, reina una política de puertas abiertas, de modo que todos los empleados están invitados a quedarse en el office o en una de las muchas salas de conferencias que tienen las empresas. Así  Steelcase, empresa de muebles, ha estado aconsejando a Wolverine, empresa de zapatos, sobre el control de los olores, un problema que azota tanto a la fabricación de zapatos como de muebles, y Steelcase a su vez ha recibido datos de una investigación sobre la clase media emergente en la India, realizada por Amway. Como ninguna de las empresas son competencia entre ellas, Wolverine ha podido seguir el consejo de Steelcase sin tener pasar por las políticas de su empresa.

Para los más escépticos, tenemos ejemplos más locales y cercanos, como Endesa o Altran, con quienes estamos diseñando la construcción de espacios físicos que albergarán empleados y knowmads que trabajarán conjuntamente en sus proyectos corporativos.

Las empresas abiertas son empresas donde :

  • Reina la diversidad.
  • Reina la colaboración.
  • Que ven en el cambio un valor y no un riesgo.
  • Para las que lo importante es la tecnología, sí , pero también lo son las personas, aunque pueda parecer antagónico a primera vista.
  • En estas empresas, las personas que impactan o son impactadas por ellas dejan de ser solo empleados, clientes, proveedores… para convertirse en activos y capacidades al servicio de la organización.
  • Estas organizaciones manejan muy eficientemente la información, una información que fluye de manera multidireccional. Estas empresas saben explotar muy bien la inteligencia colectiva, porque el valor de la información no reside en su posesión, sino en su uso… En estas empresas, está apareciendo un nuevo tipo de conocimiento que es más que la suma de saberes individuales: es el conocimiento colectivo.

Pero ser una empresa abierta no es tarea fàcil. La mayoría de las empresas son adversas al riesgo, por lo que abrirse al exterior les puede parecer una idea totalmente loca. Porque, para una empresa, abrirse al exterior supone:

  • Basar sus relaciones con las personas que no conocen en la confianza.
  • Adaptar incluso sus espacios físicos, como lo estamos haciendo con Altran o Endesa.
  • Organizarse de forma diferente, a través de estructuras organizativas más planas y en forma de red.
  • Adoptar nuevas formas de trabajar mediante métodos Agile.
  • Remunerar por contribución…

Casi todas las empresas gastan miles de horas y millones de euros tratando de proteger sus ideas e innovaciones. Algunas empresas, como Apple, van más allá, impiden incluso a sus empleados compartir ideas de productos con otros empleados. Así que si se preguntan si de compartir sus ideas con extraños podría resultar “el robo de una idea”, la respuesta es sí, se puede, pero también se puede reducir al máximo el riesgo mediante el diseño de procesos extremadamente rápidos para que se pueda producir el producto o servicio antes de que nadie lo copie. No se puede asumir de entrada que el valor de guardar secretos es más alto que el retorno de aumentar el aprendizaje y la innovación.

Por otro lado, abrirse a un talento expandido, que se estima que en 2020 supondrá casi la mitad de la población activa en Estados Unidos, no debe tener que asociarse a más precariedad. Es por todos conocido que ciertas empresas acuden cada vez más a relaciones mercantiles que en la práctica resultan papel mojado cuando se observa detenidamente la forma de colaboración y el sometimiento efectivo al poder de dirección y organización del empresario. Pero lo que quizás será el fin del trabajo tradicional no tiene por qué suponer precariedad, aunque desgraciadamente sí supondrá desigualdades entre los conocidos como trabajadores blue collar y los profesionales creativos, los especialistas y los “artesanos”, que quizás no sólo no padecen la crisis, sino que ven cómo aumentan sus beneficios. Son los trabajadores con las habilidades más demandadas, difíciles de replicar, pero habrá ganadores y perdedores en la gig economy

Pero éste no es el escenario que se nos avecina, no… Este escenario ya está aquí. Ya no es futuro, sino presente: un cambio social en el que las empresas no pueden ir contra corriente.

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